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Lázaro Cárdenas del Rio.

Lázaro Cárdenas del Río
Nació en Jiquilpan, Michoacán, el 21 de mayo de 1895. Nació en una familia indígena muy humilde y apenas recibió una educación elemental. Huérfano de padre, trabajó en una imprenta y en la Oficina de Rentas de su pueblo natal.

En 1913 se incorporó a la revolución en Apatzingán con las fuerzas del general Guillermo García. En 1914 alcanzó el grado de capitán y un año después, el de teniente coronel.

Se volvió uno de los discípulos más allegados del sonorense Plutarco Elías Calles. Su carrera militar ascendió rápidamente y en 10 años llegó a ser General de Brigada. Apoyó el Plan de Agua Prieta, que desconocía al presidente Carranza. Apoyado por calles alcanzó la gubernatura de su estado para el periodo de 1928 a 1930, donde puso en marcha la estrategia política y social que realizaría posteriormente en toda la República Mexicana.

Posteriormente fué ministro de guerra en el periodo 1932-1934. En 1934 llegó a la presidencia, siempre bajo la protección de Calles, que seguía ejerciendo gran influencia en la vida política mexicana; pero, una vez en el poder, se emancipó de su tutela y adoptó una línea política propia, más inclinada al socialismo. Incluso expulsó del país a su antiguo protector, que hubo de exiliarse en Estados Unidos (1936).

Cárdenas se encargó de llevar a la práctica las preocupaciones sociales de la Constitución de 1917. Esto quedaría claro al ser aplicados por primera vez hasta sus últimas consecuencias los artículos 27 y 127, referidos a la propiedad de la Nación sobre las tierras, minas y recursos naturales, y a lograr mejores condiciones para campesinos y obreros. Bajo el lema de "México para los mexicanos", llevó adelante una política de nacionalizaciones, especialmente trascendente por lo que respecta al petróleo; ello le enfrentó con Estados Unidos y le obligó a buscar compradores en Alemania.

También apoyó la repartición de tierra, que escasamente había sucedido. Quería eliminar las desigualdades sociales y pensaba en el ejido como la liberación económica absoluta del trabajador del campo. Con su reforma agraria eliminó el latifundismo y repartió cerca de 18 millones de hectáreas de tierra.

Cárdenas logró cambios bruscos y definitivos de los asuntos públicos. Para ello tuvo siempre el apoyo y sostén ideológico del radical Francisco J. Múgica.

Cárdenas llevó a cabo profundas reformas en la educación, dió pruebas de tolerancia y capacidad de pluralidad al aceptar a Trotski como refugiado político. En la lucha contra el fascismo creciente de aquella época, fue muy importante y de mucho significado el recibimiento de los refugiados republicanos españoles que, perdida la Guerra Civil en 1939, huían del régimen de Franco. Canalizó el descontento campesino y organizó y unificó el movimiento campesino en una central oficial, la CNC.

Expropiacion Petrolera

Expropiación Petrolera
18 de Marzo
DECRETO DE EXPROPIACION

El 18 de marzo de 1938, a las ocho de la noche, reunido a puerta cerrada con su gabinete al que le anunció su decisión de expropiar la industria petrolera. Dos horas después, en todas las estaciones de radio de la República, Cárdenas habló al país entero y le comunicó que se llevaba a cabo la expropiación de las empresas petroleras ante la intransigencia en su negativa a someterse a las leyes nacionales.
El acto produjo una honda impresión en todo el país; y rápidamente se fue advirtiendo el apoyo de la opinión pública. El 23 de marzo hubo en la ciudad de México una enorme manifestación de respaldo que, según citan las crónicas periodísticas, superaba las cien mil personas.

El 12 de abril hubo una manifestación frente al Palacio de las Bellas Artes. Millares de mujeres de todas las clases sociales llevaron su cooperación para pagar la deuda petrolera. Las aportaciones iban desde gallinas hasta joyas valiosas.



DECRETO EXPROPIATORIO



CONSIDERANDO. Que es del dominio del público que las empresas petroleras que operan en el país y que fueron condenadas a implantar nuevas condiciones de trabajo por el Grupo Número 7 de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje el 18 de diciembre último, expresaron su negativa a aceptar el laudo proporcionado, no obstante de haber sido reconocida su constitucionalidad por ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, sin aducir como razones de dicha negativa otra que la de una supuesta incapacidad económica, lo que trajo como consecuencia necesaria la aplicación de la fracción XXI del artículo 123 de la Constitución General de la República en el sentido de que la autoridad respectiva declarara rotos los contratos de trabajo derivados del mencionado laudo.

CONSIDERANDO. Que este hecho trae como consecuencia inevitable la suspensión total de actividades de la industria petrolera y en tales condiciones es urgente que el Poder Público intervenga con medidas adecuadas para impedir que se produzcan graves trastornos interiores que harían imposible la satisfacción de necesidades colectivas y el abastecimiento de artículos de consumo necesario a todos los centros de población, debido a la consecuente paralización de los medios de transporte y de las industrias; así como para proveer a la defensa, conservación, desarrollo y aprovechamiento de la riqueza que contienen los yacimientos petrolíferos, y para adoptar las medidas tendientes a impedir la consumación de daños que pudieran causarse a las propiedades en perjuicio de la colectividad, circunstancias todas éstas determinadas como suficientes para decretar la expropiación de los bienes destinados a la producción petrolera.

Por lo expuesto y con fundamento en el párrafo segundo de la fracción VI del artículo 27 Constitucional y en los artículos 1°., fracciones V, VII y X, 4, ,8, 10 y 20 de la Ley de Expropiación de 23 de noviembre de 1936, he tenido a bien expedir el siguiente:

Artículo 1º. Se declaran expropiados por causa de utilidad pública y a favor de la nación, la maquinaria, instalaciones, edificios, oleoductos, refinerías, tanques de almacenamiento, vías de comunicación, carros-tanque, estaciones de distribución, embarcaciones y todos los demás bienes muebles e inmuebles de propiedad de la Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, S.A., Compañía Naviera de San Cristóbal, S.A., Compañía Naviera San Ricardo, S.A., Huasteca Petroleum Company, Sinclair Pierce Oil Company, Mexican Sinclair Petroleum Corporation, Stanford y Compañía, S. en C. Peen Mex Fuel Company, Richmond Petroleum Company de México, California Standard Oil Company of México, Compañía Mexicana el Agwi, S.A., Compañía de Gas y Combustible Imperio, Consolidated Oil Company of México, Compañía Mexicana de Vapores San Antonio, S.A., Sabalo Transportation Company, Clarita, S.A., y Cacalilao, S.A., en cuanto sean necesarios, a juicio de la Secretaría de Economía Nacional para el descubrimiento, captación, conducción, almacenamiento, refinación y distribución de los productos de la industria petrolera.

Artículo 2º. La Secretaría de la Economía Nacional, con intervención de la Secretaría de Hacienda como administradora de los bienes de la Nación, procederá a la inmediata ocupación de los bienes materia de la expropiación y a tramitar el expediente respectivo.

Artículo 3º. La Secretaría de Hacienda pagará la indemnización correspondiente a las compañías expropiadas, de conformidad con lo que disponen los artículos 27 de la Constitución y 10 y 20 de la Ley de Expropiación, en efectivo y a un plazo que no excederá de diez años. Los fondos para hacer el pago los tomará la propia Secretaría de Hacienda del tanto por ciento que se determinará posteriormente de la producción del petróleo y sus derivados, que provengan de los bienes expropiados y cuyo producto será depositado mientras se siguen los trámites legales, en la Tesorería de la Federación.

Artículo 4º. Notifíquese personalmente a los representantes de las compañías expropiadas y publíquese en el Diario Oficial de la Federación.
Dado en el Palacio del Poder Ejecutivo de la Unión a los dieciocho días del mes de marzo de mil novecientos treinta y ocho.
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